viernes, 7 de diciembre de 2012

En la tristeza me emborracho junto a los grandes poetas fracasados. En la convulsión social y en el ocio, suelo reír con los pequeños rebeldes de la literatura. Y cuando amo, también con algo de convulsión, vuelvo a Rojas. Qué engañoso a la primera vista de la consciencia es esto de "escribir" y pretenderse realizado, teniendo en cuenta de que todo ha sido frecuentar -con apariencia de continuidad- referentes y personalidades que ansiamos interiorizar...

El inconveniente, muy a mi pesar, es que yo soy Rodrigo Cajas.

Queda lo siguiente, un pequeño premio de consuelo para el perdedor: todo dolor, toda felicidad, todo amor, y todo tránsito intermedio, busca perfeccionarse, incluso en sus intervalos, con este "frecuentar", con este "soy lo que frecuento".

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