viernes, 24 de agosto de 2012

Necesito una cámara fotográfica.
Aunque estoy seguro de que nunca podré retratar nada ni a nadie como lo hago en los pensamientos. De hecho, cuando escribo esto en realidad quiero decir otra cosa. Pero de momento quiero tratar de decir que últimamente me detengo mucho en la gente y siento la necesidad de dibujarlos, y como soy malo para esas artes, prefiero fotografiarlos. Quisiera fotografiar al guardia de este complejo. Quisiera contar que este guardia de gorra, traje café y colores de advertencia, sonríe en la puerta de su garita solamente ante la curiosidad del lente y porque antes tuve que hacer una broma. Detrás, el rayo de luz que entra por la ventana cruza la imagen por un espacio entre su cuello y el marco de la puerta. Este hombre, muy religioso, hockista en su juventud y guardián de sus ideas, está cansado. Hace un tiempo se dio cuenta de que este cansancio es solamente una modorra mental y, junto a otros seniors, volvió a jugar hockey en las canchas de Peñaflor . Decidió, después de ver muchos amigos caer con accidentes vasculares o coronarios, modificar sus hábitos alimenticios. Me dicta de vez en cuando -y de memoria- algunos pasajes de la biblia que yo no recuerdo (porque yo no recuerdo pasajes textuales de nada de lo que he leído) pero que me hacen sentido filosófico y le hago paralelos intelectuales o literarios. Me contesta que "lo tuyo es la filosofía,... lo tuyo es la filosofía, cabrito", y yo, medio en broma medio en serio, le digo que se está convirtiendo en un evangélico fundamentalista. Pero él se ríe solamente y se sonroja un poco como acusando recibo del comentario. "Mejor anda a conseguirte una cadena pa' tu bicicleta, oye, mira que te la pueden robar", me dice, como para darle muerte a la conversación.


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